
En el mismo día y lugar que el "bodegón" anterior también nos divertimos un rato realizando retratos a Juan Carlos Lizancos, conejillo de indias, y modelo improvisado, compañero de afición, aprovechando que cada año por estas fechas se deja la barba por "exigencias del guión" pues es uno de los actores en La Pasión de Esparreguera.
Ya en otras ocasiones hemos comentado lo distintas que pueden ser un par de fotografías tomadas en el mismo sitio, a la misma hora y al mismo sujeto a poco que variemos el punto de vista, el encuadre, la óptica y , por descontado la visión y tratamiento particular de cada cual.
En el blog de Miquel Estrada, podréis ver otra versión de este retrato en la que el encuadre, desde tan sólo medio metro más a la izquierda, da un resultado totalmente diferente...
Particularmente, y sin peloteos, me gusta más la versión de Miquel que la mía propia.
Por algo Miquel lleva más años que yo en esto de la afición fotográfica y sus conocimientos heredados de lo analógico le son de gran ayuda.
Si clicáis aquí podréis comparar y comprobar lo que digo.